Hoy, lunes 16 de octubre, es el Día del Profesor. Agradecemos a cada uno de nuestros educadores que día a día se comprometen con la formación de nuestros estudiantes para que ellos sean un aporte en la construcción de nuestra sociedad. Compartimos con ustedes el mensaje que el Rector, Sr. Marcelo Mackenney P., entregó esta mañana a la comunidad de Educadores y Colaboradores del Colegio San Ignacio.

Querida Comunidad y muy queridos profesores, profesoras y formadores.

Es una alegría estar juntos, reunidos como comunidad, como familia, especialmente en esta mañana en la cual celebrados el Día del Maestro.  Es una profunda alegría reconocer y valorar que en medio de la comunidad humana,  del país y de nuestro colegio,  se levante con dignidad la vocación y profesión de profesor y profesora. Una vocación que abraza con una pasión increíble lo humano, que busca que toda niña, niño y joven despliegue sus dones y habilidades; que crezca en un clima afectivo, nutritivo y de seguridad, que en comunión con otros enriquezca su persona y que tanta riqueza personal y comunitaria se oriente a la construcción de un mundo más justo, más fraterno y solidario.

Es una alegría y una fuerza increíble sentirnos comunidad, valorarnos en lo personal y profesional, distinguiendo y reconociendo los servicios que cada uno ofrece a partir de su vocación y talentos. Hoy es la oportunidad para contemplar a los maestros, alegrarnos por ellos, agradecerles tanto bien que entregan, encomendarlos a nuestro Señor para que los bendiga y los cuide, los anime en su trabajo cotidiano, les alegre el corazón y multiplique en mayor bien aún su trabajo cotidiano. La esperanza y certeza de una comunidad humana que crece es el positivo reconocimiento y valor de cada uno de sus integrantes, la disposición de todos hacia el bien común, la valoración de la dignidad de profesiones y oficios, de todos sin distinción, que colaboran para que todos tengan oportunidades justas y buenas.

Gracias, profesoras, profesores y todos los que son formadores en nuestra comunidad ignaciana: jesuitas y auxiliares, administrativos y directivos, asistentes de la educación. Gracias por su trabajo cotidiano en bien de nuestros estudiantes, por sus esfuerzos y generosidad, por la alegría y la esperanza puesta en que cada uno de los alumnos no tienen límites para crecer y aprender.  Que el testimonio de san Alberto Hurtado, maestro y santo nuestro, los inspire y anime, e interceda ante Dios nuestro Señor por cada uno de ustedes, sus familias y proyectos.

¡Muy feliz día!